La Fuente de Fortaleza
"Pedir su ayuda para superar la tentación es reconocer humildemente tu debilidad y limitaciones, y admitir que necesitas el poder y la gracia del Dios todopoderoso."¿ Ha escuchado a alguien decir, “¡Si sólo tuviera la fuerza para decir que no!”? Muchas personas piensan que sus vidas pudieran ser completamente diferentes si fueran capaces de dominar sus propios impulsos. Sucumbir a nuestras pasiones y deseos nos priva de poder someternos a Dios y nos condena a la desdicha.
La falta de dominio propio es, esencialmente, debilidad espiritual. ¿Cuál es la respuesta a este problema? ¿Necesitamos que nuestras fuerzas crezcan? El hecho es que el diablo, por naturaleza, es más poderoso que nosotros; la fuerza humana, no importa cuanta, nunca es suficiente para derrotarlo. A pesar de eso, Dios nos da ánimo; Él dice: “el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.” (I Juan 4:4)
Lo que necesitamos para enfrentar las tentaciones no es hacernos más fuertes y confiar en nuestras capacidades, sino aprovechar la fortaleza de Jesús en nosotros. El Apóstol Pablo escribió que cuando él oró tres veces para librarse de una “espina clavada en el cuerpo”, el Señor le respondió: “‘Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad’. Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo…porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (II Corintios 12:9, 10) El profeta Isaías declara que “los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas.” (Isaías 40:31) Pero la palabra traducida “renovarán”, significa también “intercambiar”; es decir, quienes ponen su esperanza en el Señor intercambiarán su debilidad por la fuerza de Él.
Nadie puede superar la tentación sin la ayuda y protección de Dios. Irónicamente, el Salmo 91—el mismo que el diablo citó en su intento por persuadir a Jesús para que se arrojara desde la torre del templo—contiene imágenes poderosas representando la protección disponible para todo aquel que busca refugio en Dios.
“El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas.” (Salmo 91:1-3)
Ante el acoso abrasador de las tentaciones y las pruebas, se invita al creyente a disfrutar del alivio y el bienestar de la sombra de Dios. Él es una fortaleza impenetrable, un protector infinitamente confiable. Cuando el enemigo ha puesto sus trampas y está al acecho, listo para atacar, o cuando la contaminación del pecado, cargada de enfermedades y plagada de males amenaza con abrumar al creyente, Dios lo liberará.
La iglesia en Corinto estaba sitiada por toda clase de incitaciones a pecar: idolatría, inmoralidad sexual, murmuración, y, en particular, arrogancia espiritual. El Apóstol Pablo Salió al paso a todo esto, y escribió: “Si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. (I Corintios 10:12)
¿Te encuentras luchando con la tentación? El Padre “es poderoso para guardarnos sin caída”. (Judas 24) Él está siempre dispuesto a ayudar—y esperando espera por nosotros. En realidad, las tentaciones sólo representan un peligro real para nosotros si permitimos que el pecado gane terreno en nuestras vidas por haber descuidado nuestra relación con nuestro Padre celestial. Tú no estarás firme, a menos que te mantengas en oración ante Dios. Pedir su ayuda para superar la tentación es reconocer humildemente tu debilidad y limitaciones, y admitir que necesitas el poder y la gracia del Dios todopoderoso.
¿Vives débil y cargado De cuidados y temor? A Jesús, refugio eterno, Dile todo en oración. 1